Nunca se puede ocultar al corazón lo que han visto los ojos.

Antonio Hernández


viernes, 23 de agosto de 2013

Menos mal que era muy seguro

Estábamos tranquilos hasta que vimos en las pantallas volar un tren.
¡Qué barbaridad!, y menos mal que se nos tranquilizó: la seguridad  estaba controlada. La presencia de los presidentes de Adif (Administración de Infraestructuras Ferroviarias) y de Renfe (Red Nacional de Ferrocarriles Españoles), en el Congreso de los Diputados no dejó dudas, ellos no fueron, la seguridad era completa, no obstante habría que ver, unas explicaciones que dejaron a los diputados más preocupados, más intranquilos y más irritados que antes de aparecer esos importantísimos personajes desconocidos.

     Tan seguro era el tren al llegar a Santiago de Compostela, en la mismísima curva de Androis, que el Gobierno está revisando la seguridad de todo el sistema ferroviario español. La culpa fue del conductor y de las circunstancias adversas que se dieron cita maligna en ese segundo maldito, incluida la innecesaria y temeraria llamada del interventor, que distrajo al conductor.  Pelillos a la mar. La ministra de Fomento ha puesto en marcha rápidamente 20 medidas de protección, no contempladas en la anterior seguridad segura. Algunas tan elementales y sencillas como Revisión de la velocidad, Pruebas a los maquinistas, Señalización, Balizas, Uso de móviles, Pasajeros, Grabaciones y Apoyo a las víctimas, porque a pesar de todo la seguridad, cien por cien, no parece alcanzable.


    El accidente del 24 de julio de 2013 queda señalado en la historia de la sociedad española, pero insuficiente para arrinconar al caso Bárcenas. Puede que la pesca de Algeciras y La Línea sea más efectiva para olvidarse de Bárcenas, sus millones y todo lo que conlleva. Vivir para ver.



Las cosas que pasan

En el paraíso donde nos encontramos, la dulce y tranquila Medina Sidonia, en la provicia de Cádiz, sobre un cerro coronado por un castillo romano, árabe y francés, segun los visitantes que fueron pasando por esta hermosa tierra, hoy deprimida como el resto del país, siguen llegando turistas y luciendo, dentro de las posibilidades, una vida, fundamentalmente nocturna, cuando se abandona la playa más cercana y el tiempo refresca.

    Los Veranos de Medina Sidonia son un aliciente más en estos días de vacaciones para muchos y también para los que se desesperan en las colas del paro. Ya se van cumpliendo las citas veraniegas. Comenzó con un deporte nacido despidiendo el siglo XX, el Enduro Indoor, modalidad entre la moto y el vuelo sin motor, que tiene ya muchos seguidores, como participantes y como espectadores. Sigue con el Campeonato de Fútbol Base al acercarse la Liga, el I Maratón de Fútbol-Sala, Torneo de Fútbol 7, Fiesta Acuática de Natación.


     Pero no todo va a ser deporte, hay buen flamenquito, la Noche Flamenca, Flamenco en los Balcones, un verdadero acierto, y Fiesta Flamenca. Y el Festival de Músicas del Mundo, esta año con Félix Slim y su 1930'S Vintage Blues y Swing, y Stolen Notes con el Celtic Folk Music, ambos con un destacado y armonioso sonido. Una Noche de Carnaval, los carnavales en este sur peninsular como espectáculo duran todo el año, y un Festival Pop-Rock, para que jóvenes y maduritos difruten de otra clase de música. Más, el concierto de la Unión Musical Asidonense, donde se forjan muchos jóvenes amantes de la música. Las notas vuelan por el verano como anuncio refrescante del calor en el centro del día, acunadas por el Levante, que nunca falta.


     Exhibición de scalextric, Mercadillos de Artesanía, Teatro Infantil, Circotrópico, pasacalle de gran calidad, y una charanga para animar al personal. No faltan las socorridas  Ruta de la Tapa para aligerar los bolsillos y llenar los estómagos que tanto lo agradecen.


    Los barrios y pedanías tienen sus fiestas que comparten con vecinos, veraneantes, turistas y amigos. Los Badalejos y Malcocinado, es la pedanía que en algún momento estuvieron separadas y ya forman una sola, porque prácticamente están unidas. Hace años que la aldea de Casas Viejas se segregó de Medina Sidonia y tiene su vida propia, queda el recuerdo.


    Un recuerdo a las Noches Blancas, puertas abiertas nocturnas, de 21 a 2 de la madrugada. Apetece sobre todo recorrer el castillo lejos del calor y con un suave Levante, nuestro compañero eterno, y que  no falte.

 

    Irene Cintas, Teniente de Alcalde Delegada de Turismo, ha mostrado su satisfacción  por la magnífica acogida que ha tenido
este programa cuyo objetivo es la promoción de la ciudad  atrayendo visitantes de otras localidades y ofreciendo un completo programa de actividades que han llenado estas estupendas noches del verano asidonense.


    “Medina Sidonia ha sido durante estos dos fines de semana un destino turístico de máximo interés para los veraneantes que disfrutan de la provincia”,  destacando las “sinergias que ofrece nuestro variado patrimonio monumental y cultural, la estratégica situación geográfica de la ciudad, en el centro de la provincia de Cádiz, todo ello apoyado con un amplio y variado programa de actividades diseñado para llegar a todos los públicos”. Más contenta que unas pascuas.

     Para que no falte de nada ha habido una exposición de pintura, dentro de un misterio que no se ha podido desvelar, en el Hogar del Pensionista, donde sólamente se ven caballeros, señoras ninguna. En la planta superior se ha instaldo la exposición ArteAdiario que para saber de qué va hay que recurrir a internet.


    Gracias a él, cuando llegamos a casa, nos enteramos de que es un programa de itinerancias preparado por la Fundación Provincial de Cultura de la Diputación. A través del programa expositivo de la Sale Arteadiario del Diario de Jerez se ha reunido esta colección de 24 artistas con 26 obras. Cada una tiene una reseña: título y nombre de cada quién. Y cuasi presidiendo la exposición un gran cartel publicitario de Diario de Cádiz.


    Los artistas, desde la excelencia a la mediocridad: Rocío Cano, José Crespo, Rosa Fermosell, Clara Jiménez, Cristina López, María Ortega, Javier Palacios, Jaime Pandelet, José Manuel Paredes, María Luisa Rey, Blanca del Río, José Manuel Rivas, Julio Rodríguez, Jesús Rosa, Pepe Salas, Carlos Sánchez, Verónica Sanz, Javier Sarrió, Víctor Tenorio, Jesús Terán, Torné, Javier Varela, Vicente Vela y Raúl Zarzuela.


    Y a la hora de cerrar el blog recibo un portazo, la III Noche Literaria, prevista y programada para este viernes 23 de agosto ha debido suspenderse sine díe por causas ajenas a los organizadores: quedamos a la espera de esta noche feliz, con un importante bagaje poético.

    Soy consciente de que el programa de Los Veranos de Medina Sidonia puede parecer similar a los de tantas ciudades españolas que echan el resto en este tiempo de holganza vacacional, pero cada uno de ellos tiene que contar con la personalidad que le imprima el carácter propio del lugar y sus habitantes. Y estos dos son tan excepcionales, en Medina Sidonia  como en todos los demás.

Buenas noticias


Con tanto movimiento veraniego algunas noticias buenas se me van quedando en la mochila. Estuve a punto de llegar a la entrega del Premio Agustín Merello, que en su vigésima segunda edición la Asociación de la Prensa de Cádiz concedió en julio a la incomparable Maruja Torres, periodista todo terreno, barcelonesa, luchadora, pluma aguda y directa, que, vaya a saber usted porqué, El País, primer periódico de referencia, se la ha quitado de encima, para tristeza y pena de sus lectores, a los que todavía la echanos en falta. Fue el 29 de julio en la velada de la Prensa, bajo la perfecta organización de Ángel Galán, factótum privilegiado en la asociación gaditana. 

    Las buenas noticias que se refieren a España y los españoles no siempre gustan a todos. Así ha ocurrido cuando el Parlamento Europeo distinguió a la PAH (Plataforma de Afectados por la Hipoteca), silencio absoluto, de arriba y de abajo, incluso los medios de comunicación lo olvidaron pronto, para no molestar. Repasando las notas me encuentro con una que me encantó por la sinceridad que emana la bonhomía de quien se expresó así. Los desahucios salvajes propiciaron los escraches, que tan mal sentaron a los que aguantaban la repulsa de los que defendían sus derechos, y como única forma de protestar. Aquí, ademas de los buenos sueldos, mejores pensiones y un etcétera económicamente saludable para los que elejimos cada cuatro años, son excepcionalmente intocables hasta de lejos. Y cuando meten la pata hasta el corvejón nos tenemos que aguantar, y si, preciso, pedirles perdón a mayor gloria de la democracia avanzada que tantos disfrutan, y tantos más sufrimos.

    Viene esto a cuento de que cuando la vicepresidenta del Gobierno se refirió al escrache que se produjo cerca de su casa, defendió la propiedad, con la misma seriedad que los pobres desahuciados, pero con diferrentes resultados. Mi casa es otro terreno, el de mi vida personal y sobre todo el de mi familia, igualito que la de los propios desahuciados.


    El sufrimiento del pueblo soberano, por decir algo, está muy por encima de los magnificos derechos de quienes se los crean. Presionar a los políticos es legítimo. Pero sin violencia ni con escraches en los domicilios, decía El País el 10 de abril: de la violencia y escraches en los domicilios de los desahuciados, sabe bien la policía. Pobres niños, no son como los otros. Esta buena noticia parece todo lo contrario. 


    Me quedan algunas más buenas. Too much Johnson, película de Orson Welles que ha aparecido a los 75 años de producirse. Estoy deseando que llegue octubre para verla, Welles fue el genio por excelencia durante mucho tiempo y sus primeras películas anunciaban un hombre que pensaba en cine y su mundo lo llenaba todo en su vida. Bienvenido a casa, demasiado Johnson.



De Libros

El verano es el espacio propicio para leer, mucho tiempo libre, pocas obligaciones y un buen montón de libros, que se leen más con la mente que con la vista. Y pasa lo que pasa: hay que ir a la playa, a andar, a pasear, fundamental la siesta, las copitas, las noches blancas y de colores, las reuniones familiares, de amigos, los niños, vamos, que se puede uno volver a casa, o sin salir de ella si la crisis te ha dejado empantanado, y que los libros sigan vírgenes.

    Antonio Hernández, el gran poeta de Arcos de la Frontera, cumplió con el deseo de su amigo y maestro Luis Rosales, de alguna manera para alcanzar la libertad que en muchas ocasiones y ciertos sectores se la habían negado. Rosales quiso reunir en su corazón antes de morir algunos conceptos como el exilio, la gran ciudad, la lucha de clases, y Federico, cuya sombra le persiguió hasta el final.

    Antonio recogió el relevo de su maestro y en febrero de este año publicó en Calambur Nueva York después de muerto, un sentimental poemario en el que se entrecruzan líneas de Rosales, de Federico, y de Antonio en tres libros que surgen como un nube atravesando el mar en una poesía total, como recuerda Manuel Francisco Reina que definieron Octavio Paz y Ernesto Cardenal, entre otros. Rosales la aceptó como acierto indudable de la asunción en lo poético de los recursos y técnicas de otros géneros como la narrativa, el teatro o el cine.

    Su lectura, como es natural, exige un conocimiento, al menos somero, de las columnas que sostienen el monumento poético, la obra de Federico García Lorca y de Luis Rosales, la del propio Antonio surge en cada verso. Una sucesión de mareas tranquilas, yendo y viniendo que se remansan en este verano singular donde la poesía no tiene una actualidad como debiera, reservada a crisis, problemas, dificultades y miserias de los de siempre: el pueblo que lo está dando todo para que sigan viviendo como dioses los de siempre.                                                                                               


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Adiós, Adéu, Agur, Adeus




    

 




  

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