Nunca se puede ocultar al corazón lo que han visto los ojos.

Antonio Hernández


sábado, 1 de junio de 2013

¡Viva la Música!


El 22 de mayo último se conmemoró el 200 aniversario del nacimiento de uno de los más excelsos compositores musicales que han glorificado el arte de la música, el divino arte: Richard Wagner.

    Nacido en Leipzig, una de las más grandes ciudades alemanas, cuyo derecho de ciudad se le concedió 370 años antes del alcanzado por Medina Sidonia, y no son ganas de comparar, Wagner ocupa un sitio destacado en la Trinidad Excelsa, junto con Bach y Beethoven.

    La distribución divina de la música, como se sabe, comienza con esa Trinidad Excelsa y continúa con Los Siete Ángeles ante el Trono de Dios: Mozart, Chopin, Haydn, Haendel, Schúbert, Schumann y Weber, quedando todos los demás en La Legión Celeste.

    Richard Wagner, compositor, escritor, filósofo y un intelectual del Romanticismo alemán, exaltó en sus obras el nacionalismo germánico y su gusto por lo fantástico le llevó a crear fantasías basadas en la mitología noruega, como esta gran La Walkyria


La exaltación germánica, nacionalismo como seña de identidad de los románticos, llevó, unos cincuenta años más tarde, a un cierto apogeo wagneriano como adelantado del nazismo, comandado por Adolf Hitler, aunque no generalizado en el pueblo alemán, que consideraba otras virtudes de Wagner independientemente de cualquier furor nacionalista.

    Hoy en día ya se admira su grandiosidad, su riqueza armónica, y su fantasía, ligando prácticamente su obra a la vida tumultuosa que arrastró, de la que destaca la riqueza cultural universal que legó a las sociedades venideras.

    He escogido La Cabalgata de las Walkyrias (Walkürenritt), como muestra de su admiración por la mitología noruega, pertenciente a la ópera La Walyria (Die Walküre), segunda de la tetralogía El anillo del Nibelungo (Der Ring des Nibelungen), junto con El oro del Rihn (Des Rheingold), Sigfrido y El ocaso de los dioses (Götterdämmerung). Perdón por la pedantería de insertar los títulos alemanes, pueden servirle a alguien que tenga la maleta hecha para trasladarse a tierras germanas.

    Cuando sigue la difícil situación de la mujer, alejada todavía de su libertad, dependiendo de cómo soplen los vientos, teniendo siempre quien le diga lo que puede o no debe hacer con su mismo cuerpo, o pendiente de quien ejerce hasta la misma propiedad de su vida, un poco de gran música no le va a resolver su problema, pero puede sublimarla...

    Las Walkyrias, guerreras diosas o semidiosas, hijas del dios Wotan y de la diosa Erda, la Tierra, tenían la misión de recoger a los héroes muertos en las batallas y llevar sus espíritus al monte Walhalla, en busca del descanso eterno. (1)

Valquiria guerrera, Arthur Rackhman, 1912

    El Walhalla hoy es una copia fiel del Partenón de Atenas, situado a orillas del Danubio, cerca de Ratisbona, en Baviera, levantado en 1830 y en el que reposan los bustos de los personajes más ilustres de Alemania.

Las cosas que pasan

Al comenzar el blog pensé en esta etiqueta para resaltar aquellas noticias, situaciones o circunstancias que merecieran un comentario. El título lo escogí de un programa que, durante muchos años, escribió un periodista, íntimo amigo mío del que guardo un imborrable recuerdo, en la radio madrileña de los años sesenta del siglo pasado. ¡Cómo pasa el tiempo!, Alfredo Gabrielli González dentro de lo que permitía aquella singular censura, hizo un trabajo execpcional. He querido ofrecerle este recuerdo, pero me encuentro con la dificultad de escoger aquellas cosas que pasan entre un magma que precisaría la extensión de un diario al uso, bien sea en papel o en esos ambiciosos proyectos de prensa digital, que tantísimo proliferan, tratando de solucionar el vacío comunicativo atenazado por la economía.

    La verdad es que es complicado escoger. Problemas económicos, guerras y muertes por doquier, dictaduras de diversa especie y talante. Podría pararme en España, en Europa, en cualquier parte del mundo donde se suceden las mas disparatadas noticias. Pasar, pasar, pasa de todo. Quizás uno de los casos más crueles ha sido el tira y afloja en torno a la muchachita salvadoreña, Beatriz, a la que la sociedad de su país condenó a muerte, en nombre de vaya usted a saber, y en el último momento salvaron la coherencia y la razón. Poco ha cambiado el mundo, siglos atrás la hubiesen incinerado viva.

    Mientras la cultura avanza hacia tiempos del imperio de la razón, todavía quedan irracionales que viven como en los tiempos de las cavernas.

Buenas noticias


Antonio Muñoz Molina: Premio Príncipe de Asturias de la Letras 2013. Muy buena noticia. Se lo merece, es un escritor amplio, concreto, directo, cerca de la realidad. Este Premio es uno más en la larga lista de los galardones, españoles y extranjeros, que ha recibido Antonio en sus 57 años de edad.

    El Premio Príncipe de Asturias es una de las relaciones públicas españolas, que suele asombrar hasta el punto de que desde 2000 no se había concedido a nadie de habla española. El último fue Augusto Monterroso, escritor mexicano, que falleció en 2003. Fue el clásico narrador del relato breve, brevísimo. Y ahora le llega a Muñoz Molina, cuyo último libro Todo lo que era sólido, es una obra que no se puede perder quien ame la lectura, la escritura y la concesión narrativa.

    Personalmente es un andaluz de raza al que sigo desde que comenzaba en Granada la tarea nunca acabada. En el anaquel de libros pendientes de lectura está su Todo lo que era sólido, que estoy desean leer y comentar.

    El galardón se ha concedido en la mañana del 5 de junio de 2013. Felicidades, enhorabuena y un fuerte abrazo de este amigo desconocido, que te lee y admira.

-----------------

(1) Me arrepentiré de una tosca gracia que me sugirieron los dioses nórdicos Wotan y Erda: él decía cariñosamente: Querida, mi Erda. Perdón, No volverá a ocurrir.

*  *  *  *  *  *  *

Adiós, Adéu, Agur, Adeus




   










1 comentario:

  1. Eduardo Ruiz Sanchez2 de julio de 2013, 8:59

    Un recuerdo entrañable hacia Alfredo Gabrielli,una buena persona,alegre y vital

    ResponderEliminar